24 de junio de 2015

Tus besos

Tengo tus besos resonando en mi boca,
en mis mejillas,
en mi nariz.

Siento tu lengua recorriéndome la garganta,
conociendo mi boca,
entrelazándose con mi lengua.

Siento tu barbilla sin afeitar bajando por mi cuello,
por mi estómago,
por mis piernas.

Tengo tachadas las partes de mi espalda que tocaste y se enamoraron de ti,
de tus dedos curiosos y expertos,
de tus labios juguetones.

Echo de menos tu olor,
aunque cada vez que me muevo lo siento.

Tú,
recorriéndome,
explorándome,
lo tengo en mi cabeza todo el tiempo.

Apareces cuando más intento sacarte y ya estoy harta.
Estoy cansada, quiero dormir,
pero en los sueños lloro y no lo controlo.

Lo peor es sentir tu olor tan impregnado en mí,
y aún así no olerlo,
buscarlo como se busca el oxígeno y ahogarme en el humo de mis cigarrillos.

Me estoy cayendo a pedazos y no sé por qué me afecta tanto.

10 de junio de 2015

Dormidos.

Quiero compartir un escenario contigo,
abrazarte antes de actuar,
mirarte entre las cortinas,
verte, verte como te he visto tantas veces,
como te he visto desde hace tanto.

Acostarme contigo,
hacerte cariños de mariposa,
enmarcarte el rostro con los dedos,
recorrer los huesos de tus clavículas,
tocarte el dorso,
conocer la forma en que se mueve tu pecho cuando respiras.
Quiero contar tus pestañas,
besarte la nariz mientras estás dormido.
Llegar tarde a todas partes,
pero juntos.

Juntos,
así quiero estar contigo,
juntos.
Besarte en público,
no como premio, sino con amor.
Quiero que me quieras,
que no dudes al hablar de mí,
que no dudes en estar conmigo.

Quiero tanto, tanto.
Y tú me quieres tan poco.