10 de octubre de 2011

Espejo sin reflejo

Hay estaba yo, en medio de aquel vacío prado, sola y pensativa. Me senté sobre mis rodillas, y me puse a mirar a mi alrededor... Que vacío estaba todo, lo único que oía era el rugir del viento, advirtiéndome que me alejara. Mi pelo me golpeaba la cara con fuerza, pero yo parecía no enterarme.
  Quise verme el rostro, pero lo único que conseguí fue encontrar a una persona sin siquiera un sentimiento reflejado en el rostro, y es que así era cuando estaba sola o simplemente cuando no me importaba nada, tenia un cristal que no reflejaba nada. Podía reír todo el día, pero siempre con amargura, y cuando caía la noche ya no tenia a que sujetarme y dejaba que me invadiera lo que ocultaba a todo el mundo. Tristeza. Pero solo lloraba por dentro, no quería parecer débil, por que lo era, ¿Para que? ¿Para que me hicieran daño cada vez que quisieran?
   Lloraba cuando me parecía que debía soltarlo todo. A veces no lo soportaba y lloraba, pero me ocultaba. No entendía por que mi resistencia duraba tan poco. Como a veces podían pasar semanas enteras sin llorar, pero entonces, repentinamente, me derrumbaba y lloraba tanto que al otro día mis ojos estaban hinchados y rotos. Dolía solo con verme.
Yo era un espejo, un espejo sin reflejo, en que las personas trataban de verse y al no poder, con furia, lo hacían trizas, y lo desechaban. Hasta que llegaba otro, lo reconstruía y volvía a pasar lo mismo, siguiendo siempre el mismo ciclo...
 Todo es tan repentino... yo solo me dejo llevar. Sin parar, los recuerdos vuelven, duelen y hacen trizas lo que queda de mi corazón.
  Sin entender nada, me alejo de ese prado, que tantos recuerdos me trajo, me trago las lagrimas, pero mas de una se desborda, me seco rápidamente, llego a la carpa, directo al saco y con dificultad intento dormir con la cabeza en paz, sin éxito. 
Lloro sin darme cuenta. Empieza mi pesadilla, la habitual, pero ahora mas triste y aterradora, la que me haría delirar y sonreír con amargura después. Todo por no tener un reflejo, todo por no ser feliz, todo por este corazón desarmado y roto, todo por la locura que me invadió cuando tu te fuiste.
Me dejaste y toda mi vida perdió su rumbo.